jueves, noviembre 29, 2007

...Y otra ronda de Les Luthiers

Hoy, practicaremos riso terapia de la mano de Les Luthiers

lunes, noviembre 26, 2007

Los hermanos pobres del señor marqués

Si hay alguien que se lleva los dineros en el deporte a espuertas, es la todopoderosa Federación Española de Fútbol. Si tuviéramos que hacer una valoración entre la relación de pasta y títulos, salta a la legua que es de escándalo, ver como los dineros se los llevan, y a cambio, no sacan ni un solo título, salvo las selecciones inferiores; o los famosos “Sub”.

Si alguna selección española se ha merecido con creces el apelativo de la "Brasil europea", esa es la de fútbol sala. Y como bien dice Juan Manuel Rodríguez: “Lo ganan casi todo casi siempre, de forma que sólo hay que pagarles los billetes de ida y vuelta, darles de comer y abonarles la estancia en un hotel normalito (porque el presupuesto no da para mucho mas), que ellos ya se encargan del resto”. Anoche, después de haber conquistado en Oporto su cuarto campeonato de Europa, los jugadores no ocultaron no recibir un trato justo por parte de los medios. Y tienen razón. Han sido los grandes olvidados tanto de la televisión pública como de las privadas.

Pero este olvido imperdonable, no es solo exclusivo de la Selección de Fútbol Sala. Pasa exactamente lo mismo con la Selección de Waterpolo, con la de Voleybal, con la de Béisbol (Sí, señores…tenemos una selección nacional de Béisbol, aunque parezca mentira)… y así otro tanto de esos deportes que casualmente los denominan “minoritarios” pero que, a pesar de la escasez de federados, los que se ponen la camiseta, gorra, o equitación necesaria, con los colores nacionales, saben lo que eso conlleva. Podrán a lo mejor perder el encuentro decisivo de la final, pero al menos dejan ese regusto de que en el siguiente campeonato, son claros favoritos para ganar; y ganan.

Creo que alguien debería empezar a tomar nota de todo esto. Creo que alguien debería de alguna vez darse cuenta de que hay que apoyar más a los que sacan petróleo de donde no hay. No sé para qué narices existe el toca pelotas programa ADO cuando en el momento de la verdad no se saca el resultado. Vale que en una competición, pase de todo y no haya nunca resultado seguro; pero me parece que es hora de que alguien empiece a reconocer los méritos de esa gente y les coloquen en el lugar que se merecen: más tiempo en las televisiones, que no todo es fútbol.

El resultado es que el Señor marqués del Balompié esta derrochando la fortuna y crédito a espuertas, mientras que los hermanos pobres, malviven como pueden y casi siempre que emprenden una aventura, salen con fama y reconocimiento; pero eso si… son y serán los grandes olvidados siempre.

martes, noviembre 20, 2007

De guateque en el Ayuntamiento

La Real Academia define corrupción, entre otras cosas, como "en las organizaciones, especialmente en las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores". Eso es exactamente lo que ha ocurrido en el ayuntamiento de Madrid de un tiempo a esta parte; con el tema de las dichosas “Licencias de apertura de establecimiento”.

Pero el problema no termina en el Ayuntamiento de Madrid, ni mucho menos. El tema es mucho más serio, de lo que a cierta vista pueda parecer. El problema arranca de una Ley del Suelo, que en cierto modo, otorga los Ayuntamientos unos poderes más lógicos de épocas medievales que de una sociedad moderna en pleno siglo XXI. Si bien en el Ayuntamiento de Madrid había enquistada un trama por la cual se cobraba unas determinadas cantidades de dinero por la obtención de dichas licencias que solía rondar los 6000 euros, en otros ayuntamientos el tema puede ser y es preocupante, en el sentido de que quieren disponer de determinados suelos, desfavoreciendo el crecimiento de su tejido industrial y por ende, la riqueza del lugar, en aras de un crecimiento urbanístico salvaje y en cierto modo, desproporcionado.

Veran ustedes. Conozco el caso peculiar de un determinado Ayuntamiento, que desde el año 2000, un conocido mío comenzó a tramitar la Licencia de Apertura y desde entonces, solo ha encontrado obstáculos administrativos de toda índole. No hablamos de un bar o de una cafetería, hablamos de una sencilla industria normal y corriente. Cos su prevención de riesgos, con todos los papeles en regla en la Comunidad correspondiente... pero el Ayuntamiento… ¡con la iglesia hemos topado amigo Sancho!

Vamos, que después de presentar el proyecto (debidamente visado y aprobado por la Conserjería de Industria de la Comunidad correspondiente) y tres ampliaciones consecutivas que el dichoso Ayuntamiento obligó a realizar, y firmadas por el Arquitecto recomendado por el Ayuntamiento -¿esto no es una acto de corrupción?, ¿recomendar a alguien que te dicen que sí te lo puede arreglar desde el propio Ayuntamiento?- sigue sin tener licencia alguna. Si un día pasara algo grave… las consecuencias serian devastadoras.

El problema al cual nos enfrentamos no es precisamente baladí. Nos enfrentamos a que para abrir un negocio, uno tiene que pagar un cerro de duros por licencias de todo tipo que, si abogamos por el libre comercio y la libertad de empresa, no deberían ni existir, debiendo solo constatarse que se cumplen con las mínimas garantías de seguridad. Por eso, siempre que haces algo en cualquier ciudad o pueblo, no puedes pedirle a tu amigo del alma que sabe hacerlo o que tiene capacidad de hacerlo; debes acudir siempre al recomendado por el Ayuntamiento o al “hijo del alcalde, que es ingeniero” para que te haga el proyecto. A eso en mi barrio lo llaman CORRUPCIÓN; si bien no es como lo ocurrido en el Ayuntamiento de Madrid, en parte no deja de ser otra forma de corruptela, pero soterrada; en donde un profesional se lleva los cuartos en perjuicio de otros profesionales que puede llevar a cabo ese proyecto tan bien o mejor que el recomendado por el Ayuntamiento, o con un coste inferior; pues el del Ayuntamiento te cobra un Potosí. Si se entra a saco a limpiar los Ayuntamientos de corruptelas, habría que poner patas arriba los más de 10.000 Ayuntamientos que hay en toda España.