Acabamos como empezamos la pesadilla que hace 4 años, metió a mi país en el pozo negro: con sangre. No, no es kepchup; es sangre real y caliente que salió de la cabeza de un concejal (socialista, para más señas) como recordatorio a Z, que tiene un pacto y que están dispuestos a exigir su cumplimiento “como sea”.
Hace 4 años, ETA nos metió en una rueda eterna de la cual no podemos salir, a no ser que a sus aláteres les digamos que se dejen de pervertir la ley. Soy d elso que siguen pensando que ETA tuvo algo que ver en el atentado del 11 de Marzo hace 4 años. Lo sigo pensando pese a la sentencia que, a la vista de las pruebs y a la vista de las irregularidades de la instrucción, sigo en mi idea que algo se tapo. ¿Acaso nadie recuerda que se supo que uno de sus insignes dijo que “el bigotes” (léase Aznar) no se iría de rositas?
En el último momento, la ETA ha devuelto a toda la farándula política a la siniestra realidad en la que vivimos los españoles. Peor aún, ha instaurado lo que parece haberse convertido en una costumbre. En España las elecciones las ganan o las pierden, no los partidos nacionales democráticos, sino los terroristas. Zerolo, Bermejo, las niñas... al final todo se resume en ese gigantesco pudridero en que ha acabado convertida España gracias al terror y al odio alimentado desde el nacionalismo y una izquierda delirante y suicida, suicida en el estricto sentido del término.
Hay más, claro está. El asesinato de Isaías Carrasco es la respuesta directa y sin complejos de los etarras a quien se rindió a su chantaje hace años. Demuestra quién ha estado mandando en España esta legislatura, por llamarla de alguna manera. Y transforma definitivamente las elecciones del domingo en un plebiscito. No ya sobre la continua negociación y la perpetua mentira del presidente del Gobierno en este tiempo, sino sobre el futuro.
La ETA ha dejado saber, por si alguien no se había enterado, cuáles son las condiciones del diálogo, de la paz, del talante. Y a Rodríguez Zapatero no le queda otro remedio que proseguir el camino que él mismo ha emprendido y en el que nos ha metido a todos: el de aceptar nuestra condición de rehenes del terror.
Éste domingo nosotros podemos cambiar eso. Podemos y debemos cambiar eso.
2 comentarios:
Ha llegado el momento de poner en La Moncloa a alguien que esté dispuesto a DERROTAR a ETA, no a darle charla.
Yo no sé qué pensar del 11-M. La investigación tiene sus puntos oscuros, pero al final parece ser que fueron ésos del islam, ya sabes. De todos modos, lo que sí sé es lo que se alegró el super-informado Otegui, primero que apuntó a la pista islamista. Pero acepto que fueron esos miserables del turbante. Lo que me indigna es que cualquier salvajada, venga de quien venga, condicione nuestro voto. No me gusta que las urnas se rindan ante las pistolas.
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