La tontería económica de la semana, ha sido sin duda, la decisión de las “mayors” compañías discográficas, pedir a la RIAA (equivalente americano a la SGAE española), paguen las emisoras de radio por internet a ésta, una cuota para poder emitir música protegida que tiene la organización en su catálogo, algo así como hacen en España para poder emitir cualquier tipo de música, la tenga SGAE en su catálogo o no. Las emisoras de radio que emiten por Internet no son una excepción. Hasta ahora pagaban un porcentaje de los beneficios más un fijo, pero una reciente decisión del Copyright Royalty Board, un organismo del Gobierno norteamericano, ha aceptado las reclamaciones de la RIAA y ha puesto unas tarifas por cada "interpretación", es decir, por cada canción escuchada por un sólo oyente.
Echando cuentas, esto significaría que las emisoras de radio vía Internet tendrían que poner encima de la mesa, como mínimo, el 100% de sus ganancias. O lo que es lo mismo, la RIAA pretende poner fuera de combate a estas emisoras, y para colmo de males el Gobierno Federal de los EE.UU. se ha puesto de su lado.
lo cierto es que esta decisión les viene como anillo al dedo. Lo que siempre han querido, Para ser precisos, lo que pretenden tanto las grandes empresas discográficas como las gestoras de derechos de autor de cualquier parte del globo es recuperar lo que Internet les ha “robado”. ¿Y que ganan con esta decisión? Control. Eso es, lo que siempre han pretendido. El control total y absoluto de su modelo de negocio que quieren defender a costa de lo que sea. Las discográficas se sienten cómodas en el mundo que llevan décadas analizando y gestionando, un mundo en que son ellas quienes deciden qué se va a oír y dónde, en el que pagan a unas pocas y enormes cadenas de radio para que emitan las canciones que han decidido que deben ser un éxito. Internet destruye ese mundo, ya que es el usuario a fin y al cabo quien decide, quien vota, quien en aras de su libertad toma la decisión que qué quiere escuchar, y por eso hacen lo que pueden contra la red, contra el P2P… cualquier cosa que ponga en peligro el modelo es aniquilado y perseguido. Con esta decisión creen que lograrán retener el dominio sobre la radio y, con él, la piedra angular de lo que consideran suyo.
Seguramente, lo siguiente que harán será una negociación directa entre las mayores emisoras de radio por Internet y cada una de las discográficas. Les reducirán esas tarifas, pero a cambio exigirán que no emitan en formatos como MP3 que no impiden que el oyente pueda guardar la música. Les obligarán a incluir DRM. Impedirán emisoras "a la carta" en que los oyentes escogen qué quieren oír. Y, desde luego, lograrán hacer desaparecer a las pequeñas emisoras no llegando a acuerdos con ellas.
Pero éstas no morirán; se limitarán a mudarse a otro país. Los emprendedores del gremio que pudiera haber en Estados Unidos emigrarán o tendrán que dedicarse a otras cosas. Pero no, el reloj de la historia no se parará.
Pero por mucho que quieran, no se puede poner puertas al campo. Al fin y al cabo los usuarios de Internet aunque nos lo pongan crudo, al final nos saldremos con la nuestra y es que, los bodrios que nos cascan las discográficas al final irán a donde han de ir: a la papelera de reciclaje. De hecho Internet ha logrado que grupos pequeños, desahuciados por las grandes discográficas, triunfen. Y si no que se lo pregunte a OK Go o al mismísimo Koala.
2 comentarios:
Gracias por su comentario y por el link.
Procedo a "linkar" mi página con la suya.
Un saludo.
www.marcoatilio.com
El residuo de señores feudales que tenemos que aguantar harían bien en ir aprendiendo de artistas como Brad Sucks y todo lo que esto significa.
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