martes, noviembre 14, 2006

La Ecomulta de Narbona

Me pregunto cómo es de intensa la relación de los políticos socialistas con la higiene personal. Cada cual es muy dueño de establecer sus pautas higiénicas, pero tratar de imponer a los demás esas costumbres, por otra parte más que dudosas, ya es otro cantar, pues no deberían sobrepasar la parcela más íntima del ser humano. Solo hay que ver cualquier manifestación de la extrema izquierda para comprender lo que trato de decir.

Lo que ya es el colmo, desde mi punto de vista, que puestos a imponer, ahora me impongan las “rastras” de pelo sucio y el “eau d’sobbac”, como parte de la higiene. Y todo eso, por la ocurrencia de la señora ministra Narbona, de amenazarnos con castigar pecuniariamente a quienes gastemos más de sesenta litros de agua diarios. Para fijar el cupón de esta cartilla de racionamiento higiénico se ha hecho asesorar, por la ONG más “memologista” que existe: Ecologistas en Acción.

La verdad que para ese viaje, la señora ministra debería haber encargado otras alforjas. Hubiera sido mejor que tomara como modelo de consumo a cualquiera de sus colegas de gabinete, de los que tienen chalecito con césped, piscinita y jacuzzi, porque con esa media hubiéramos tenido un respiro los demás, que no tendrán más remedio que recurrir a la ducha hogareña para todas las familias. El problema viene, si se toma como referencia a unos señores acostumbrados a luchar por la salvación del planeta pegando barrigazos por los sembrados y haciendo gala de su compenetración telúrica con su aspecto y hábitos; al final acabamos todos oliendo “a chotuno”. Solo de pensarlo con lo sensible que mi señora madre es a los olores… vamos, que me retira el pan, la sal y la palabra.

La cuestión esencial es que en España, como es notorio, no hay escasez de agua. Hay tan sólo un desequilibrio entre las cuencas del tercio norte y las del tercio sur, para lo cual el ingenio humano inventó los trasvases, el último de los cuales fue suprimido precisamente por el partido de la ministra Narbona, sustituyéndolas por “desaladoras”. Pero lo peor de todo, es que en ciertas modificaciones de Estatutos de Autonomía (el catalán sin ir más lejos), han hecho que dichas CC.AA. a partir de ahora, sean las santas custodias de las aguas; lo cual, ha generado una nueva “guerra”, en muchos casos silenciada, cuando las Aguas, son precisamente, un bien Demanial por su propia naturaleza. Que sea ella precisamente la que venga a reñirnos (y multarnos) por lo que no es más que una consecuencia de su propia ineficacia y mala fe es algo que sólo puede admitir sin rebelarse una sociedad políticamente anestesiada como la española.

Este asunto del futuro e hipotético racionamiento del agua potable, me suscita múltiples interrogantes, a cual más ominoso: Si tengo un vecino ocupa, ¿puedo comprarle su abundante excedente hídrico mensual para evitar la “narbomulta”? ¿Servirá la gastroenteritis, debidamente justificada con un informe médico, como atenuante del exceso de agua consumido ese mes? ¿Las mascotas entran en el cupo de sesenta litros por persona o se les asignará una parte adicional en proporción a su peso y altura? ¿Y como narices lavo la ropa en la lavadora,… y el lavaplatos? ¿y las piscinas, que me dicen?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahá, supongo que con lo del desequilibrio en las cuencas el tercio norte te refieres al exceso de agua en el Ebro, rebosante, como todo el mundo sabe, e ideal para trasvases!!
juejuejue.
Bien , si SABES y dices eso, eres maaaalo.
Y si NO SABES, por favor, LEE MÁS.

Besitos de un ecologisto en inacción.